México es un país de migrantes. Son muchos los factores que han transformado y acentuado las problemáticas que viven las personas migrantes. Los cambios sociodemográficos y en las dinámicas familiares han aumentado la migración de mujeres, niñas y niños, acentuando con ello su vulnerabilidad y riesgo, como señaló la Organización Internacional para las Migraciones que estimó a mediados de 2020, que casi la mitad del total de migrantes internacionales (48%) eran niñas y mujeres, y el 13% menores de 18 años.
La violencia social, los conflictos armados y el crimen organizado han contribuido también a incrementar la expulsión de personas de sus países de origen y han hecho de su travesía un escenario de vulneración y sobrevictimización. Muertes, desapariciones y tráfico de personas son la sombra que acompaña a migrantes de cualquier edad y género.
Pese a estas circunstancias, la cifra de personas que intentan cruzar las fronteras sur y norte de México sigue en aumento. En el caso de la frontera sur, el pasado 19 de septiembre la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados refirió el incremento de personas que solicitaron la condición de refugiado, entre las que destacaban las procedentes de Haití, Cuba y Venezuela, y señaló la presencia de personas que resultaron lesionadas en su intento por ser atendidas, lo que da cuenta de la insuficiente capacidad de respuesta.
En la frontera norte, los esfuerzos por controlar el flujo migratorio hacia Estados Unidos se han traducido en un recrudecimiento de medidas para reforzar las barreras fronterizas entre ambos países. Muestra de ello es la decisión del gobierno estadounidense de reforzar la construcción del muro fronterizo a pesar de que la postura durante la campaña del hoy presidente Biden, había sido en el sentido opuesto. Esta última reflexión nos lleva al abordaje del tema migratorio en periodos electorales en México y Estados Unidos.
Hace unos días conversaba sobre este tema con mi amigo Rodrigo Aguilar Benignos, mexicano consultor y prestigiado estratega en relaciones exteriores, quien me compartía que es notable que previo a los ciclos electorales presidenciales en EEUU se exacerben en la opinión pública dos temas: crisis migratoria fronteriza y crisis racial, y que ello se podía advertir como ya lo estamos observando en la presión que algunos alcaldes demócratas han puesto sobre la Casa Blanca para resolver de fondo la crisis del sistema migratorio de los Estados Unidos y que podría buscar hacer frente a una estrategia republicana de dibujar en el marco electoral, un escenario catastrófico caracterizado por la invasión de migrantes indocumentados y el desplazamiento cultural que podría significar.
El interés sobre el tema migratorio previo al periodo electoral ocurrirá también en México, la crisis migratoria será un tema obligado en las agendas y discursos electorales, la exigencia deberá ser que se vaya más allá del discurso, que las propuestas para atender esta crisis humanitaria se alejen de las rutas que fortalecen el rechazo y el racismo y prioricen el bienestar de las personas migrantes y la protección de sus derechos, objetivos que, seamos sinceros, no se han visto como prioridad hasta el día de hoy.
Ex alcalde de Guadalajara y Director de PolitiQ

Ismael Del Toro Castro, Consultor en Inteligencia pública, ex Alcalde de Guadalajara Jalisco y del municipio de Tlajomulco Jalisco, así como ex Diputado Local del Estado de Jalisco, actualmente dirige la empresa de Inteligencia pública PolitIQ.